Asumí el silencio, y traté de devanar las palabras,
aquel conjunto de letras que se derretían en las cortinas,
sin advertir que eran cuchillos afilados
que perforaban las mañanas entre mis ojos.
No sabía, el peso de la ausencia de los sonidos.
Ya era tarde… Y la luna se desleía en medio de la aurora,
presumía en la curva de una boca, el secreto resabiado en el círculo del viento.
Mi certeza enredada callaba en la niebla
a las copas vencidas en los ocasos fallecientes
¿Y, la tregua?... la lengua cristalizada, matizada de ceniza,
y crujía en medio de la desenvoltura de la hierba agonizante.
Una firma… Una tinta muda que reticente, habita,
socava la despedida de un doliente: Un silencio enturbiado
de dimensión desconocida, solo se percibe con ojos ciegos
aquel conjunto de letras que se derretían en las cortinas,
sin advertir que eran cuchillos afilados
que perforaban las mañanas entre mis ojos.
No sabía, el peso de la ausencia de los sonidos.
Ya era tarde… Y la luna se desleía en medio de la aurora,
presumía en la curva de una boca, el secreto resabiado en el círculo del viento.
Mi certeza enredada callaba en la niebla
a las copas vencidas en los ocasos fallecientes
¿Y, la tregua?... la lengua cristalizada, matizada de ceniza,
y crujía en medio de la desenvoltura de la hierba agonizante.
Una firma… Una tinta muda que reticente, habita,
socava la despedida de un doliente: Un silencio enturbiado
de dimensión desconocida, solo se percibe con ojos ciegos
Mi Natu; qué silencio espeso! Sabes, el silencio absoluto suele llegar antes de la explosión final; planea entonces en ese silencio la magnitud y él resultado de esa explosión. Hay demasiados ruidos hermosos que pueden precederlo.
ResponderEliminarYa te encontré y no te librarás de mi presencia.
Un besote. Buen fin de semana.