Mi alma se debate en el deseo taciturno del amor…
mi corazón estalla,
mi pulso se acelera,
y cae en mi pecho el dolor
¡Oh! cautela mí,
miserable y apacible,
¡Oh! tarde veraniega
Te siento mía entre mis manos
te siento mía en lágrimas
¿Cuándo volverás a mí?
¿Cuando holgaras mi cuerpo?
Entre las aguas cristalinas me poso
tranquilla… Entre el temblor
¿A donde acude mi llanto?
Perseguida en el mar espero,
entre la tristeza del desierto.
Acorralada en mí, me encierro,
¡Oh! estrella del oriente
¡Oh! mi perpetuo callado
¿Donde esta mi diosa?
¿En donde esta mi vida?
Apisono afanosa los labios
entre los ecos las palabras,
ya no serán los años, que simple melodía,
allí están siempre los miedos.
Ven a mi dulzura nuestra
señora de las flores,
versos de mil colores.
El arcó iris reposa
y las alas agitadas pierden fuerza,
ya nada a mi regresa,
los sueños se esfumaron.
Tanta abadía, sin prisa ni temor
entra la niebla que en mi venció.
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