martes, 27 de abril de 2010

PERDIDA




Pulsé el escudo perfecto de emociones,

de transiciones diversas entre ecos

y murmullos de sueños que llegan

sabi

en la noche sin ninguna providencia,

.. una realidad entumecida peroa

eje

do la vida ha zarpado en otra garza

reloj de arena que sutura heridas enuna realidad ey en el medio de su nudo amortiguante de dolor,

sabía en mi desvelo que la carga de su cola,

venia persiguiendo una realidad entumecida

por unos millones de segundos desgastados…


……P

………E

…….R

….D

…I

…….D

….A


Noción de sabores a poetas,

porciones de un alma en versos,

cabellos al viento

y un reloj de arena que sutura heridas


¿ A donde van sus pasos de cometa?


P- E- R- D- I- D- A …


caminos en abismos,

sensaciones aparentes,

figuras ahogadas


Racimos hecho leña,

astillas que maltratan,

menciones que se callan


Momentos congelados,

adioses que hacen mella,

perdidas que no regresan


Y entonces darle la vuelta al mapa,

cuando la vida ha zarpado en otra garza


Razones inconcretas,

desportilladas fracciones,

números que aún cuestan


Y entonces el día se hace noche

y el almanaque envejece


Y


P…E..R.D.I..D…A


PERDIDA apertura que no comienza

lunes, 26 de abril de 2010

¿Dónde estas?






Dedicado a todos los poetas perdidos, que se encuentran y se reinventan que cada conjunto de letras que crean.


I

¿Dónde estás saltador de cuentos?

Ya no puedo, susurrarte lo que dice
el viento cuando llega a mi oído.
Ya no puedo, describirte lo que
hiela cuando me toca la rosa de plata.
Ya no puedo, traducir el suave vendaval
que llega con la brisa de Junio.
Ya no puedo, destilarte las sombras de
medianoche que persiguen tus ojos sellados.
Ya no puedo, escribirte con soles la
fragancia que habita entre las flores.

¿Dónde estás danzante de fragmentos?

Ya no puedo, desdibujarte la curva
del horizonte en la playa baldía.
Ya no puedo, atajar las ráfagas de ocasos
con sus violetas rebeldes y su intermitente alevosía.
Ya no puedo, convertir aquellas tierras
de vapor cuarteado en piezas de otros cielos.
Ya no puedo, traerte los anillos nacarados
de los dioses de la noche.
Ya no puedo, contagiarte el canto de los grillos
cuando muere la tarde en sus espaldas.

¿Dónde estás cazador de corazones foráneos?

Donde, condesar tu imagen en una banca desierta
petrificar la huella de tu capa en una gruta inmutable

¿Dónde estás trepador de sensaciones?

Ya no puedo, delinear con mis pies
los bordes de los muelles anclados

Ya no puedo…


Conversarte entre minutos
despejarte entre ventanas
interpretarte entre ilusiones

¿Dónde estás poeta desterrado?

Otros aires te acompañan.
Ya no puedo encadenarte palabras cuando tú
has huido de esta mano condenada

¿Dónde estás?

Ya no te invoco entre mis ojos.

II

¿Dónde estás?

Trovador de la bruma imperfecta
cazador de las dunas de zafiro,
domador de los torbellinos de lianas.

¿Dónde estás corazón de mil lunas de perla traviesa,
donde sus latidos son de soles y vienes tú adagio perfecto,
a borrarme la memoria, a encenderme la inconsciencia,
a paralizar mí aliento y desvanecerme ante tantas mieles
del otro lado del tiempo, donde el mundo florece en la gota
que perece después de una mágica lluvia?

¿Dónde estás trenzador de los vientos,
donde tus dedos emulan el eco,
donde tus raíces han penetrado en silencio hasta mi alma,
donde tu voz clama, en medio de mi nada,
donde tu jardín de escamas cubiertas de una jaula de plástico,
me presiona y me vierte a gotas donde descansa tu pluma?

¿Dónde estás eterno, eterno enamorado,
donde tus ojos huyeron hacia más allá de la línea;
a que planeta tu esencia ha capturado,
a que otra alma tu universo de letras haz hechizado?

¿Dónde estás, pájaro de aguas metálicas
de espesura profunda y naciente profecía,
donde se liberan tus caballos de desbocada ironía
donde llegan tu trazos transversos, obsoletos, directos,
convexos, marchitos, rebeldes, gritones,
traviesos, volcánicos, discretos, asesinos…

…Asesinos de tantos otros seres que habitan en un mismo cuerpo,
el mismo cuerpo que se evade por dentro?

¿Dónde estás personaje insomne
que ensilla la noche en su almohada,
que desvela su sueño en un trozo de papel,
donde su mano crea y destruye a la vez,
donde somos uno y todos?

lunes, 19 de abril de 2010

Disturbios




Disturbios de ladrillos lacerados,
que se han desafinado entre sus temblores,
sucumbiendo al filo de la fecha,
hundiéndose en los cardúmenes de los suspiros.

Se preparan los aguijones apuntando,

el fallecer de una mirada premeditada, esperado,
resumiendo en la distancia inocua,
el efervescente anaranjado.

Disturbios a gotas,

se perforan las instancias cual rayos devastadores,
cual efímero despertar de la llama espesa,
ahogada en la brasa tocando las fibras del carbón fragmentado.

El encaje de sentimientos en las tuercas

rebeldes del destino desvirtuado,
infalible al desenfreno, a la pregunta acusatoria,
al desafío incrustado en el beso pigmentado.

Disturbios de murmullos trastornados,

presumidos en su eco acuoso,
sensitivos al aroma de la viruta humedecida,
al tormento acumulado en el polvo de muebles viejos.

Sombrillas quebradas, rostros refrigerados a la necedad
de la dureza, simulando la belleza muda;
parpadeando inmóvil el silencio,
el golpe seco de la mancha en el suelo.

Disturbios de pensamientos pregonados,

retorcidos en la sombra de la cuerda anudada,
pedazos de uña , puertas vencidas,
sabores marchitos, jueces directos… Ladrillos.

Ladrillos

perdiéndose en los disturbios

ligeros de un predecir sin sedimento,
escombros, boronas…

El polvo de muebles viejos.

viernes, 16 de abril de 2010

Dulce piedra de hierro






Dulce piedra de hierro
¿Por qué estas tan ausente?

¿No haz visto el suave reposar de las
mariposas amarillas sobre tu espalda?
¿No haz visto el coqueteo eterno del
canto de la aves a las mañanas radiantes?

Dulce piedra de hierro
¿Qué lenguaje cuentan tus arrugas?

¿ A que flor…
a que hoguera…
a que trueno…
a que deseo…
dictan tus secretos?

Sí, he escuchado el susurro que parte
en dos la aurora después de tu lamento.

Dulce piedra de hierro
¿Cómo develar esa huella infinita,
que haz dejado en la arena?

Ese claudicar de la voces en el ocaso,
esa brisa manchada con el filo de tu costado
¿Cómo divides en dos el camino?

¿Cómo tomar la decisión correcta,
si las dos son señales opuestas?
Aún no comprendo tu silencio

¿A que piedra…
a que abismo…
a que cuenca…
a que selva…
a que vida…
le perteneces tú, dulce piedra?

-Destino querida piedra, después de atravesar el horizonte,

está allí, la gigante cima, llamada destino-

Aún cuando no pueda alcanzarte

Aún cuando no pueda alcanzarte

Perseguiré el arroyo de promesas esculpidas,
buscando entre sus ondas, ese paraíso perdido
que partió desde el muelle mudo que avanza
cansado entre la senda del tiempo.
Seguiré en la avalancha de días,
que vienen en bandada, en nítidos
nubarrones de segundos apretujados,
decayendo en el sin número de laberintos racionales.

Aún cuando no pueda alcanzarte

Veré el mañana en un sofá sombrío, con los trazos rotos,
agudos puntillones sobre sus cojines,
machadas de caricias desperdiciadas
cantantes a la soledad infinita.
Ya no vendrá la alondra con la sutil
fragancia de niebla anisada;
se detendrán los musgos delatadores
de rabietas insensatas,
y bajarán las plumas de bronce de las gárgolas olvidadas.

Aún cuando no pueda alcanzarte.

Quedará perplejo el reflejo de la lluvia
sobre el pavimento, y rodaran los glóbulos
del viento entre las venas de la frontera.
Ya no seré yo, entre las otras cosas,
vaciando los bolsillos de quimeras compartidas,
guardando las libélulas rotas en baúles de cedro aceitunado

Aún cuando no pueda alcanzarte

Treparé al final del muelle,
para explayar mis cabellos al horizonte,
entregaré mis ojos a la marea inconstante,
encontraré en el fondo el otro instante,
el fragmentado instante, donde ya no pueda,
ni deba, ni persista, ni defina alcanzarte.

martes, 13 de abril de 2010

Allí.



Allí

habita otra vez el silencio, sigiloso, su peso lento,
proseguía en la caída, hilaba cada sonido huido,
cada marchitar venidero a la semilla enlodada.
Perecían en una sola tonada los pétalos indelebles de la vida.

Allí

donde cada eco retumba entre fisuras,
donde el tiempo rebota en el danzar del segundero rebelde e insensato.
Donde he visto derrumbarse las sombras de las hojas en cascadas.

Allí

habita otra vez el desierto, sediento,
como una carroza funeraria que marca sin prisa la muerte; sin salida…
Su explicación deshojándose como ramilletes quebrados.

Allí

donde surcos húmedos han desfigurado el rostro.
Donde el brillo se opaca como el vaho arrancado del vidrio,
donde las palabras fueron sepultadas para omitir la verdad dolorosa.

Allí

es el lugar de imposibles archivados, cementerio de sueños.
Directos precipicios de un individuo bombardeado de números de registro,
donde abunda el moho de los nombres que representan la vida.

Allí

se inundaron las razones y quedan las mortajas,
huesos desolados y un mar desbocado de confundidas emociones.

Allí
empieza en reversa el tiempo

lunes, 12 de abril de 2010

Alejándome de la noche





Pedazos de vidrios rotos iban cantando hacia la noche,
sentenciando el aroma de las lluvias
y las manos petrificadas del frio.
En medio de su estela, ya no éramos nada…

Estábamos,
en la misma banca de colores en los libros,
en la misma página atascados,
en el mismo cielo constelado. Detenidos.

Apartándose el silbido de la luna amargada,
sobre antiguas tormentas.
Bajo el suelo se agitaban las sombras.
En medio de su baile, ya no éramos nada…

Estábamos,
en la misma tregua de silencio,
en la misma pregunta evadida,
en el mismo orgullo de lamento. Detenidos.

Aún me inundan los recuerdos,
aún nublan las ventanas,
aún pierdo mis ojos en otros sueños,
y mientras sigue el camino del tiempo, vivo …
_______________…Alejándome de la noche.

domingo, 11 de abril de 2010

Buscándote!


Trace una línea indirecta hacia el océano,
le puse una venda al tiempo, para que no se le desparramen los segundos,
rocié con más escarcha las estrellas,
avivé más el fuego del sol,
le puse un extra de libertad al vuelo del cóndor,
trate de puntear más las cumbres de las montañas

Difuminé mas ocasos en el horizonte,
y mezcle la niebla con acuarela plateada.

Buscándote,
Le robé a la soledad su tibia compañía,
y traté de tomar prestadas unas cuentas sonrisas, ojos aguados,
unos suspiros enamorados, muchos rostros ruborizados,
el aroma de las orquídeas, el baile de las acacias,
la fina espesura de la lluvia y mucha magía de la vida

Buscándote,
Sentí el calor desafiante de millones de luciérnagas que emulaban el sol;
el grito vespertino de la hierba, el sabor entre mezclado del aire y polvo.

Buscándote
Paso las horas, tratando de ponerte unas cuantas luces,
melodías, retratos, caminos, brújulas, mapas, historias, baúles,
pies descalzos y mis manos abiertas para tu abrazo
.

No quiero sentir lo que siento

Photography Graphics



No quiero sentir lo que siento,
sentir que el mundo se agota en una ventana,
que las miradas pierden gracia,
y que solo a tus manos pertenece mi alma

No quiero perderme en el abismo perpetuo,
de cábalas insensatas, de emociones explosivas
y sonrisas incorrectas

No quiero sentir que la vida cabe en un respiro,
que el beso de encanto lo encuentro en tu boca.
Sí, es de niños fantasear las promesas,
y sueños rotos ya tengo acumulados a lo largo de los años

No quiero dejar mis ojos atónitos con los amores ajenos,
si el “no” ya perece en el fondo.

No quiero sentir lo que siento,
que mi vida enmudece cuando tu saludo aparece,
que mi corazón baila cuando tus palabras se detienen en el tiempo
¿y sentir? Ya no es posible en este mar roto.

Vete y calla.







Vete y calla, el silencio funciona mejor en tus ojos de muralla,
en la afonía singular de tus palabras.

Vete, al amanecer, y empaca la niebla de rocío contigo,
para que no escarche el césped, dejándolo con huellas húmedas

Calla, al anochecer, para no llorarle a las estrellas,
bella sinfonía de luz que despertó mi alma.

Vete y calla, para contemplar tu figura en la distancia
(esa figura jamás de arrebata) el eco de los últimos pasos,
que veré en tu camino, esa huella indeleble que recorreré por siempre

Vete, para mantener entre mis recuerdos como lo que eras,
esa sonrisa radiante, mágica,
ese placer de la vida que se anidaba
a tu boca para hablar de futuro.

Calla, para no recordar ese otro tú, que se asomaba,
señalaba al todo y a la nada, a la búsqueda
de culpables de los escollos del presente, del fraude de su suerte.

Vete y calla, ya que el paisaje a mi encantan
y a ti los verdes solo son verdes, y aquí o allá todo es igual,
en cada cuidad un puerto, leyenda y desacierto.

Vete y calla, ya mañana brillarán mis ojos
con el vuelo de pájaros y las mariposas en las flores

Y tú, buscarás entre carreteras el destino que no fue tuyo ni mío.

Fue, nada, todo.




Y fue todo, fue nada… El abismo en la ventana
cada repartir de las odas del viento
acudiendo al transcender, al irónico placer,
el batallar en la huella resarcida.
Desperdigada en la locura … Al lucero venidero.
Y las alas quebradas …
dobladas
guardadas

Cada intento de vuelo, pudriéndose en la gaveta
y las polillas lloran en silencio
(es que el sabor les causa comezón)

Y fue: el minúsculo rodar en el acantilado
entre sus grutas eternas y oscuras,
el eco desmenuzado del tronar de unos huesos…
repicando
retumbando

Y nada: los despojos de una piel gris,
salada en la sombra donde los moscos
buscan el anidado secreto del “fue” revuelto…
cubierto
enterrado

Todo:

El acelerar de los recuerdos,
sus agrietados momentos, colados, tamizados por el
frenesí de la vida

A una lágrima





¿Es posible que una lágrima
pueda condensar toda la esencia
del dolor en su vuelo?

¿Puede trazar en su recorrido
por la mejilla el cauce
del torrente venidero?

¿Marcará en las manos,
la verdad del origen del llanto,
haciendo indelebles las letras?

¿Podrán agolparse las gotas
en las hojas, manchando
en la tinta el silencio lacerante?

¿Podrá detenerse en la barbilla
el último claudicar de la nota
de su camino desalentado?

¿Es posible olvidar
el agridulce sabor que
rebelde se adentra en las comisuras,
que se escurren , mientras se trata
de detenerlas apretando los ojos?

¿Quién desconoce el color
matizado, del río de salitre
descocido de los ojos, mientras
a cada parpadear, una inevitable
laguna aparece y desaparece?

¿Están allí
los golondrinos lagrimones
que llegan en vendavales,
quedándose sigilosos para despertar sentimientos?

¿Olvidaré el eterno
deslizar de la lágrima, en mi rostro,
que como un ritual mortuorio, vive y nace infinitamente?

sábado, 10 de abril de 2010

Insolente





¡Insolente! He sido a lo largo de mi vida,
recorriendo palabras con un mínimo de sentido,
y formen las razones acertadas para comprobar
que algunos pasos tienen finales divergentes.

¡Insolente! He vomitado ofensa tras ofensa,
cuando el daño ya esta hecho,
cuando mi muralla ha sido removida y se halla temblorosa.
Cuando una lágrima canalla acude a su sutil caricia.

¡Insolente me conformo.
He penetrado al mundo de una soberbia descontrolada,
manos empuñadas, miradas altivas,
gastralgias acumuladas y un mitigo dolor en la cabeza

Insolente he trenzado mis cabellos en un arma,
mis dientes producen las balas;
ahora la rebelde melodía, ha trastocado la realidad,
convirtiendo sus despojos en simples migajas tiradas en el suelo.

¡Insolente!, y de imposibles adorne mi cama,
le puse máscaras a mis abrazos, silencios a mis perdones,
vestí el mejor ajuar hipócrita de las mentiras
de apariencia que se develan en mi sonrisa.

¡Insolente! Gritan yo muero de risa, doy la espalda,
esperando como un cazador para atrapar la presa,
allí viene certera la carrera.
Miro al espejo, en el reflejo es un ente,
con la sombra ida pretensiones estúpidas.

Insolente.
Raye la pared con frases inconclusas,
escondiendo en secreto la mano de la provocación

Inhabitados




Devastando auroras, caminado vagamente entre las dunas de la soledad,
bordeé mis sueños entre el hilo de oro cocido en la nubes,
pedazos de luna derretidos en la arena blanca.
Si, lo sabía, el eterno amanecer del vapor almidonado que contamina la fantasía.


Su espesura reinaba entre los rincones (inhabitados),
me revelaban, que aunque mis ojos fueran discretos,
buscaban con mesura cada parte de tu cuerpo, cada sombra,
cada registro (inhabitado) de nuestro encuentro juntos.
Las huellas desaparecidas de la inocente visita,
el eco de la caricia (inhabitada) de recuerdo,
era, eran las mudas sinfonías que rayaban de amarillo la estela,
empañando el vuelo del mañana.

Parecían que los momentos gritaron, al eternizar las miradas,
al fenecer de un encuentro no planeado,
y así fue, fuimos el esbozo de las sonrisas discernidas,
manchadas de unos “te quiero” ondulados, sigilosos titilantes

Impacientes se fueron colando los segundos, de un “tú y yo” encadenado,
un enramado de suspicacias frágiles
de unos tanto “te pienso” y florecidos “te extraño”

Inhabitados, vivimos sin serlo,
devastando auroras, conquistando ocasos,
enredando violetas y coronado estrellas


Inhabitados “sin tú y yo” (fantasmas)