domingo, 11 de abril de 2010

Fue, nada, todo.




Y fue todo, fue nada… El abismo en la ventana
cada repartir de las odas del viento
acudiendo al transcender, al irónico placer,
el batallar en la huella resarcida.
Desperdigada en la locura … Al lucero venidero.
Y las alas quebradas …
dobladas
guardadas

Cada intento de vuelo, pudriéndose en la gaveta
y las polillas lloran en silencio
(es que el sabor les causa comezón)

Y fue: el minúsculo rodar en el acantilado
entre sus grutas eternas y oscuras,
el eco desmenuzado del tronar de unos huesos…
repicando
retumbando

Y nada: los despojos de una piel gris,
salada en la sombra donde los moscos
buscan el anidado secreto del “fue” revuelto…
cubierto
enterrado

Todo:

El acelerar de los recuerdos,
sus agrietados momentos, colados, tamizados por el
frenesí de la vida

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