martes, 13 de abril de 2010

Allí.



Allí

habita otra vez el silencio, sigiloso, su peso lento,
proseguía en la caída, hilaba cada sonido huido,
cada marchitar venidero a la semilla enlodada.
Perecían en una sola tonada los pétalos indelebles de la vida.

Allí

donde cada eco retumba entre fisuras,
donde el tiempo rebota en el danzar del segundero rebelde e insensato.
Donde he visto derrumbarse las sombras de las hojas en cascadas.

Allí

habita otra vez el desierto, sediento,
como una carroza funeraria que marca sin prisa la muerte; sin salida…
Su explicación deshojándose como ramilletes quebrados.

Allí

donde surcos húmedos han desfigurado el rostro.
Donde el brillo se opaca como el vaho arrancado del vidrio,
donde las palabras fueron sepultadas para omitir la verdad dolorosa.

Allí

es el lugar de imposibles archivados, cementerio de sueños.
Directos precipicios de un individuo bombardeado de números de registro,
donde abunda el moho de los nombres que representan la vida.

Allí

se inundaron las razones y quedan las mortajas,
huesos desolados y un mar desbocado de confundidas emociones.

Allí
empieza en reversa el tiempo

2 comentarios:

  1. Espectacular poema. Me ha gustado en todos los sentidos. Es un verdadero gusto leerte. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Clara por tu visitia y tu lectura! un encanto que sea de tu agrado.

    Un Abrazon enorme

    Natu

    ResponderEliminar